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martes, 10 de abril de 2012

Arte Erótico

El erotismo es la sexualidad transformada o transfigurada por la imaginación humana, que se nutre de diferentes fuentes: las relaciones de poder, lo prohibido, lo religioso, el criterio de belleza, la afinidad con las palabras o con las imágenes, etc. Las maneras de acoplarse son muchas, las formas del erotismo infinitas, porque están ligadas a la imaginación creadora.
El erotismo es cuerpo. Cuerpo que se hace  ligero, liviano, luminoso como consecuencia de insólitas imágenes, objetos, palabras  o sensaciones que pueden ser la más plana cotidianidad o la más alta poesía.



"Única dirección"
Acrílico 60 x 40 cm


"Te lo digo con mis pechos"
Acrílico 100 x 80 cm



"Vos sos rojo profundo"
Acrílico 60 x 40 cm



"Con mis manos"
Acrílico 100 x 80 cm



"La espera..."
Acrílico 100 x 80 cm



"El pensamiento..."
Acrílico 100 x 80 cm



"En la oscuridad"
Acrílico 70 x 60 cm



"Banco de pruebas"
Acrílico 80 x 60 cm



"La niña blanca"
Acrílico 80 x 60 cm


"La Cala"
Acrílico 60 x 40 cm

Los amantes cuando  se abrazan no están solos, sino que con ellos están  los fantasmas de la novela familiar de cada uno y los fantasmas de la cultura. Cada sociedad  engendra una forma de erotismo que, indudablemente, está en consonancia  con  su cultura estética, que podemos reducirla a dos factores relevantes: el modo como  construye los lazos sensibles con el mundo y de qué manera  valora el cuerpo.
Mientras el acto sexual tiene que ver con la reproductibilidad,  y en él el placer es un medio para el fin de la procreación, el erotismo es indiferente a la perpetuación de la vida y el placer es un fin en sí mismo que cada cultura, o forma de vida,  recrea en juegos diversos.
El erotismo es huida de lo meramente natural, reproductivo del acto sexual,  cada quien construye su propia dimensión erótica, principio de individuación, diferencia y hasta identidad que se escapa de toda “normalidad” o “ley” de la naturaleza. Pero es, extrañamente, lo otro, la mayor aspiración de otredad, es pérdida del principio de individuación para regresar a ella, a la naturaleza, como todo indiferenciado o uno primordial. La fusión de los amantes es la búsqueda del reconocimiento, que se puede traducir en “mi amante sabe quien soy” “lo amo porque me ve” pero es, finalmente, fusión con el mundo a través de la muerte, la petit mort, como llaman los franceses al orgasmo. Muerte del yo separado o diferente, del  individuo, del sujeto. 
 

(Griselda Barale)